Terapia de duelo en Logroño
La intervención en el duelo brinda un espacio para que las personas puedan abordar pérdidas dolorosas, ya sean recientes o de hace tiempo. El propósito principal es continuar con la vida sin llevar el peso del trauma derivado de esa pérdida.
Como psicólogos, guiamos a los individuos a navegar adecuadamente por las fases inherentes al duelo. De esta manera, brindamos apoyo para expresar el sufrimiento emocional, procesar la pérdida y encontrar tranquilidad con la conexión que se ha desvanecido.
Psicóloga especialista en tratamiento de duelo en Logroño
María Elena Cuevas es una psicóloga especialista en terapia de duelo que brinda su pericia y sabiduría para asistir a las personas que atraviesan momentos de pérdida y dolor. Mediante un análisis profundo y un tratamiento personalizado, Lucía se esfuerza por comprender el origen y las circunstancias del duelo de cada individuo, estableciendo estrategias para gestionarlo y superarlo.
En su clínica en Logroño, Lucía emplea diversas técnicas y metodologías validadas para aliviar el dolor del duelo y restaurar el bienestar emocional de sus pacientes. Ya sea que esté enfrentando la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, o cualquier otro evento que desencadene un proceso de duelo, Lucía está aquí para guiarlo hacia la sanación y aceptación.
¿Qué significa estar en duelo?
Estar en duelo es una respuesta natural y emocional ante la pérdida de algo o alguien significativo en nuestra vida. Esta pérdida puede manifestarse de diversas formas: desde la muerte de un ser querido, hasta la finalización de una relación, la pérdida de un empleo, o incluso el cambio drástico en nuestra rutina o estilo de vida.
El duelo conlleva una amalgama de sentimientos, pensamientos y comportamientos que pueden variar en intensidad y duración según la persona. A menudo implica tristeza profunda, añoranza, soledad, ira, culpa, confusión, y en ocasiones, alivio.
Estar en duelo también puede provocar cambios físicos, como fatiga, náuseas, pérdida de apetito, problemas de sueño o vulnerabilidad a enfermedades debido al estrés que genera. A nivel cognitivo, puede ser difícil concentrarse, tomar decisiones o incluso recordar cosas simples.
Cada persona vive y procesa su duelo a su ritmo, y es completamente normal que la intensidad de las emociones fluctúe con el tiempo. Aunque el dolor puede disminuir y las personas encuentren maneras de seguir adelante, la pérdida es algo que puede llevarse en el corazón de forma permanente. El duelo no es un proceso lineal ni uniforme, y tiene diferentes etapas:
Etapas del duelo
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Aceptación
Es importante resaltar que no todas las personas pasan por estas etapas en el mismo orden ni experimentan todas ellas. Algunas pueden saltar etapas, mientras que otras pueden pasar por una etapa varias veces antes de avanzar a la siguiente. La duración y la intensidad del duelo son personales y varían ampliamente entre individuos. Lo más importante es permitirse sentir y, si es necesario, buscar apoyo profesional para ayudar en el proceso.
¿Qué sucede si no superas un duelo o una pérdida?
El proceso de duelo es una respuesta natural y esencial en el ser humano. Sin embargo, es común que muchas personas no hayan atravesado sus pérdidas de manera adecuada. Existen diversos factores que pueden obstaculizar la adecuada elaboración del duelo. Por un lado, el frenético ritmo de la sociedad contemporánea a menudo nos impide dedicar el tiempo necesario para despedirnos. Asimismo, nuestro entorno, con su deseo de vernos bien rápidamente, puede no estar alineado con nuestro propio tiempo y necesidad de duelo. Además, en muchas ocasiones, carecemos del conocimiento o las herramientas para navegar por el cúmulo de emociones y experiencias que surge ante una pérdida significativa.
Por estas razones, no es raro que muchos individuos se encuentren atrapados en ciertas etapas del duelo, sin lograr desligarse completamente de lo que han perdido. Esta reticencia a soltar la conexión con la pérdida a menudo nos previene de establecer nuevas relaciones y de abrazar la vida con todas las enseñanzas que dicha pérdida nos proporcionó. Si no gestionamos el duelo de manera efectiva, podemos enfrentarnos a ciertas dificultades.
Tipos de duelo
- Duelo por la pérdida de un ser querido.
- Duelo por la pérdida de una relación.
- Duelo por la pérdida de una etapa de vida.
- Duelo por la pérdida de una mascota.
- Duelo por la pérdida de un trabajo o estatus.
- Duelo por la pérdida de la salud
¿Cómo funciona la terapia de duelo?
La terapia para el duelo tiene como objetivo ayudar a las personas a abordar y resolver duelos que aún siguen afectándolas, ya sea porque están recientes o porque han quedado sin cerrar adecuadamente. Estas pérdidas dolorosas que persisten pueden interferir en la actual calidad de vida de las personas. Son comunes en situaciones de fallecimientos repentinos o de seres profundamente queridos, así como en crisis personales que surgen tras una separación amorosa.
Es vital entender y respetar el ritmo individual y las necesidades emocionales del paciente. Si bien no podemos acelerar artificialmente este proceso tan humano y delicado, sí es posible guiar y acompañar en la amplia gama de emociones, pensamientos y comportamientos que lo caracterizan. Durante las sesiones terapéuticas, abordamos áreas claves para la sanación:
Facilitamos un espacio seguro donde puedas expresar y desahogar el profundo dolor emocional, permitiéndote gestionar esas emociones que, en el duelo, suelen ser potentes y desafiantes.
Te guiamos en el proceso de asimilar y comprender el trauma vinculado a la pérdida, pues a menudo, la ausencia está ligada a circunstancias adversas que requieren ser entendidas y aceptadas.
Te ayudamos a reflexionar sobre la esencia y relevancia de la relación que has perdido, ponderando tanto los momentos gratificantes como aquellos más difíciles.
Y finalmente, te apoyamos en la construcción de nuevos lazos y en la toma de decisiones para el futuro. Esto implica abrirte a nuevas conexiones personales y adoptar acciones que anteriormente, dada la angustia o el estancamiento, evitabas.