Consumo en adolescentes: qué sabemos como padres

Psicóloga para adolescentes

Hasta hace poco, el mayor número de consumidores de sustancias adictivas experimentaba por primera vez a los 16 años. En la actualidad, la edad ha disminuido a otras mucho más tempranas como los 12 o 13 años.

Hay que tener en cuenta que los adolescentes no consumen más drogas, ni en mas cantidad que los adultos, simplemente,  consumen de un modo distinto.

Dentro de las drogas más populares para los adolescentes encontramos el alcohol y el tabaco, ambas socialmente aceptadas y normalizadas en nuestra sociedad. Aunque  son consideradas legales en España, no debemos olvidar que su consumo  esta prohibido a menores de 18 años. En numerosas ocasiones, los propios padres o adultos que rodean al menor, permiten su consumo. Muchas veces prefieren que sus hijos fumen o beban en su presencia, para así “controlar dicho consumo”. Esto es una idea errónea,, ya que si normalizamos un hábito junto a la persona de referencia del menor, estamos autorizando un consumo en otros entornos, dotando al adolescente de una responsabilidad y autoridad que no debe tener, además de facilitar el consumo y por tanto la cantidad del mismo.

“El consumo de tabaco suele iniciarse a los 13-14 años, mientras que el alcohol tiene una edad media de inicio entre los 14-15 años.  A esta misma edad, los adolescentes empiezan a consumir hachis. Llegando a los 16 años, es común el inicio del consumo de pastillas o tripis (LSD)”.

Un inicio temprano del consumo de sustancias provoca un mayor riesgo de padecer problemas en el futuro, por lo que es importante retrasar lo más posible  este inicio.

Ya durante la infancia se pueden detectar una serie de factores de riesgo que pueden favorecer el consumo de sustancias durante la etapa adolescente. Las conductas agresivas, la falta de autocontrol o un temperamento difícil son algunos rasgos que pueden incrementar esta posibilidad. Importante tener en cuenta que estos factores no son determinantes para que un niño se convierta en un consumidor durante su etapa adolescente.

El tipo de interaccione que se establecen entre hijos y su familia  deben ser  adecuadas, ya que pueden convertirse en un factores de protección,  evitando el consumo en un futuro.  Implantar un vínculo fuerte entre hijos y padres, participación de los padres en la vida del niño o establecer limites claros o una disciplina consistente son algunos factores adecuados.

Pero que pasa con aquellas interacciones que se establecen fuera de la familia. Durante la adolescencia, los amigos pasan a ser la mayor influencia en la personalidad de un niño/adolescente. Un comportamiento negativo en la escuela,  una conducta social deficiente, el fracaso académico o una asociación con compañeros que abusan de las drogas son algunos indicadores que pueden darnos pistas de que algo esta pasando.

“Hay que tener en cuenta que los adolescentes confrontan un gran numero de desafíos sociales, emocionales y académicos. Al mismo tiempo, pueden estar expuestos a más drogas, a abusadores de drogas, y a actividades sociales que involucran drogas. Estos desafíos pueden aumentar el riesgo de que abusen del alcohol, del tabaco, y de otras sustancias.”

En la mayoría de los casos, los padres se encuentran desorientados, ya que desconocen el tipo de consumo de sus hijos, no saben como intervenir ni evitarlo. Debemos ser realistas: cuando es imposible que evitemos este inicio, es importante establecer pautas de consumo moderado, como modo de prevención. Para ello, como figuras de referencia, se debe estar informado, conocer las sustancias de moda que consumen nuestros adolescentes y así poder  tener información clara y real.

El mercado de la droga esta en continua evolución, por lo que es fácil quedarse obsoleto.  Basar la intervención como padres en nuestras propias experiencias como consumidores en el pasado, o en experiencias de conocidos, es un error. En primer lugar, para nuestros hijos, nunca debemos aparecer como consumidores (ya sea porque actualmente consumimos, o lo hemos hecho en el pasado).  Negarlo puede parecer mentir, peros si lo reconocemos, estamos transmitiendo la idea de que se puede consumir durante la adolescencia  o etapa adulta,  y aún así,  lograr una estabilidad en el futuro, formar una familia, etc.

Los adolescentes suelen quedarse con la información “a medias”, es decir, interpretan todo lo que les transmitimos del mejor modo posible para ellos, sacando las conclusiones que más les convienen.

En la actualidad existe numerosa información en Internet, donde podemos encontrar información que pueden sernos de ayuda:

En estas mismas web podemos encontrar interesantes guías para padres que pueden servirnos como apoyo y punto de partida para prevenir un consumo, o un inicio del mismo:

Escrito por Estela Martín Sánchez

Diplomada en Educación Social.

Mediadora Familiar.

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Psicóloga Cuevas Logroño